Cómo detectar la presencia de Aedes en tu casa
Un grupo de investigadores del Conicet explican la manera de localizar al vector que transmite el dengue.
Domingo, 06 de marzo de 2016
Estudiando la epidemia que se desarrolla en Argentina, un grupo de investigadores del Conicet decidió crear el blog dengueinfoar con el objetivo de difundir información responsable sobre el dengue y su vector el mosquito Aedes aegypti.
Durante unos años se emplearon “larvitrampas”, cubiertas cortadas como medialuna, con agua para favorecer la presencia de larvas de mosquitos que se revisaban una vez por semana. Con el tiempo se demostró que eran peligrosas si no eran revisadas correctamente a tiempo.
Surgió una alternativa biológicamente distinta, algo más segura y muy sensible para detectar la actividad del mosquito (complementario con las encuesta larvarias), pero que tiene la ventaja de ser rápida y económica.
El mecanismo no presenta sofisticación porque técnicamente no es complejo. La ciencia no se vale de lo sofisticado, puesto que en general lo sofisticado se entiende por algo falto de naturalidad, afectadamente refinado. Quienes lo inventaron la llamaron “ovitrampa” (Fay y Eliason, 1966) y están mucho más ligadas al “saber” que las más sofisticadas tecnologías.
La sensibilidad de detección es increíble y constituye una herramienta ideal para generar un verdadero “alerta temprana”. Como se sabe que esta especie de mosquito no se dispersa por distancias de más allá de una manzana, nos avisa cuando hay un criadero cercano al lugar.
Veamos en qué consiste este dispositivo que tiene tecnología de punta. No necesita de chips electrónicos, no requiere de genes modificados, no usa nanotecnología ni sistemas sofisticados. Se basa en la inteligencia humana que aprovecha los conocimientos existentes sobre el comportamiento del ser vivo que quiere evaluar.
LOS PASOS
Como Aedes aegypti utiliza recipientes, el sensor es un recipiente (originalmente un frasco de mermelada vacio y bien limpio).
Las hembras de Aedes aegypti buscan recipientes en lugares oscuros y les gustan los contrastes, se pinta un frasco con pintura negra para pizarrones por afuera y se pega una etiqueta de papel blanco. Se coloca el frasco entre la vegetación de un cantero (a la sombra).
Como al Aedes aegypti le gusta el olor a agua con microorganismos, se agrega agua hasta un cuarto a un tercio del volumen del interior del frasco. El mosquito suele posarse en las paredes de los recipientes y pone los huevos pocos milímetros por encima del borde de agua, y además como el sensor es de vidrio bien limpio, se le ofrece una superficie más cómoda para posarse, más rugosa que el vidrio, para que ponga sus huevos ahí.
Para esto, se usa un bajalengua agarrado al borde del frasco con un clip grande, pero puede ser cualquier otro material más rugoso que el vidrio y que no se deshaga con el agua, como un palito de helado, un trozo de tela de algodón.
Para que este sistema funcione bien, el vidrio debe estar bien limpio por dentro. Todas las semanas se saca el bajalengua, se cambia el agua, limpiando previamente y con mucho esmero el frasco de vidrio usando un cepillo para mamaderas. Los bajalenguas se llevan al laboratorio en algo que mantenga humedad (como pueden ser bolsitas de celofán y se observa con una lupa.
Los huevos de Aedes aegypti son característicos y muy fáciles de distinguir. Quienes tienen buena visión pueden verlos a simple vista, al sol son bien negros y con aspecto de diminutos granos de arroz de medio a un milímetro de largo. Este dispositivo se puede poner en los centros, o en extremos de un predio (manzana, escuela, hospital, edificios públicos, etc.) y de esa forma detectar si el mosquito está presente (solo en temporada cálida).
En caso de detectarlo, habría que diseñar alguna estrategia solidaria con los vecinos para lograr manzanas ambientalmente seguras y saludables.-