Otilia Acuña, una vida de militancia social
El intendente agasajó a la Madre de Plaza de Mayo en el día de su cumpleaños.
Miércoles, 16 de marzo de 2016
El intendente de Santa Fe, José Corral, visito este miércoles a Otilia Acuña para acercarle un ramo de flores por sus sus 94 años de vida y reconocer su historia de militancia y compromiso social. El mandatario aprovechó la visita que realizaba a la obra de pavimento y desagüe en calle Padre Quiroga de Barrio Santa Rosa Lima, para acercarse hasta la vivienda de la reconocida Madre de Plaza de Mayo.
En la puerta de su casa, Otilia recibió al intendente que le entregó el obsequio en nombre de todos los santafesinos. “Estoy muy contenta de que estén acá. Es una visita muy especial la del intendente”, aseguró la referente social y barrial.
LUCHA Y COMPROMISO
Otilia Acuña es sin lugar a dudas un referente de la militancia por los derechos humanos en la ciudad de Santa Fe. Pero su fortaleza atraviesa toda su historia de vida, y se remonta a los momentos en que con su marido se instalaron en el emblemático barrio Santa Rosa de Lima. Allí, crió en condiciones de pobreza a sus seis hijos, con los magros ingresos que generaba su marido con la venta de verduras, y los de ella, como cocinera de comedores estudiantiles.
Su hija Nilda Elías, ejerció como maestra y desarrolló su compromiso social y militancia, en un comedor estudiantil. Una noche de abril de 1977, fue asesinada por un grupo de tareas en el comedor de la casa de Otilia. Desde entonces, ella inició una larga lucha por justicia para su hija y su yerno Luis Ismael Silva, desaparecido durante la dictadura militar.
Desde 1978, Otilia milita en las Madres de Plaza de Mayo; pero a lo largo de su vida mantuvo también una intensa labor social en el barrio Santa Rosa de Lima, asistiendo a personas de la tercera edad y colaborando con la puesta en funcionamiento de una escuela para ese sector.
Durante la inundación de abril de 2003, Otilia sufrió -como miles de santafesinos- el embate del río Salado, que arrasó con las fotografías que conservaba de Nilda. Al regresar a su casa, Otilia pudo encontrar la urna con las cenizas de su hija, que milagrosamente habían resultado protegidas por una caja que le cayó encima.
A pesar de todo, Otilia mantuvo un espíritu de lucha que los dolores de su vida no han podido doblegar y que transmite a cada desafío que emprende.