“Teníamos edad para estar con nuestras novias y terminamos con un casco y un fusil”

Este martes 2 de abril se cumplen 42 años del inicio de uno de los momentos más atroces de la historia argentina: la Guerra de Malvinas.

Fue un conflicto bélico entre Argentina y el Reino Unido por la disputa de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, ubicadas en el Atlántico Sur.

Si bien el enfrentamiento fue relativamente breve -duró casi dos meses y medio- marcó a fuego y sangre la historia nacional, sobre todo luego de que, con el paso del tiempo, se conocieran detalles de lo ocurrido: la mayoría de los combatientes tenían entre 18 y 19 años, eran recién salidos del servicio militar obligatorio y no estaban preparados para enfrentar a una potencia mundial.

También se supo que muchas donaciones del pueblo argentino fueron mal administradas y mal distribuidas por las autoridades militares. Hubo denuncias de torturas cometidas por las autoridades militares.

La voz de un excombatiente

En diálogo con AIRE, Rubén Rada, un excombatiente santafesino, narró la experiencia de haber participado de la guerra. 

“En 1981 fui soldado conscripto en la época en que había servicio militar obligatorio y fue en Monte Caseros, Corrientes. Hice un año de soldado y me tocó la baja acelerada para fin de año. Luego, me volvieron a llamar a los meses, cuando se recuperaron las Malvinas”, recordó.

La única vez que vi a Gatieri

Respecto al traslado hacia el sur, Rada comentó: “Volví a Monte Caseros, de ahí fuimos a Paraná en tren, y de Paraná a Comodoro Rivadavia en avión. Esa fue la única vez que vi de lejos al general Galtieri, a 300 metros. Estaba visitando a los soldados que iban a cruzar a las islas”.

Nos dijeron que "íbamos a hacer patria"

“Desde Comodoro Rivadavia fuimos, en otro avión, a Río Gallegos. Nos habían dicho que nos iban a llevar a la frontera con Chile y cuando subimos al avión, de madrugada, en pleno vuelo, el comandante nos dijo que íbamos a hacer historia, que íbamos a hacer patria y que en 15 minutos aterrizábamos en las Islas Malvinas. Así fue como llegamos”, recordó Rada.

¡Mira vos, las Malvinas!

Según Rada, al pisar las islas, recordaron a sus maestras de escuela. “Apenas llegamos pensamos: ¡Mira vos, las Malvinas, lo que nos enseñó la maestra en la escuela pública! Cuando íbamos a la escuela no había material sobre Malvinas. La maestra pegaba un mapa de 20x20 centímetros, chiquito, y nos hacía pasar al pizarrón y nos hacía decir que eran nuestras, que estaban al sur, etc. Y cuando llegamos nos acordamos de eso”.

Éramos inconscientes

El excombatiente también describió lo que sentía ese grupo de jóvenes que fue convocado a la guerra. “Éramos inconscientes, éramos pibes. Nos pasó a todos, todos sentimos lo mismo. Era una dictadura y cuando me fueron a buscar le pregunté a mi papá qué hacer y me dijo que vaya a defender la bandera. Yo elegí defender la bandera, la de Belgrano. Entre nosotros nos decíamos que íbamos a conocer a las Malvinas, que eran pocos los que la conocían. Fuimos contentos. Muchos de mis compañeros no conocían un avión, yo tampoco. La primera vez que me subí a uno fue para ir a las Malvinas”.

Madryn se quedó sin pan

Rada cayó prisionero la noche del 11 junio de 1982, lo llevaron a un campo de concentración y luego volvió en el buque Camberra a Puerto Madryn. “Fue el día que Madryn se quedó sin pan”, asegura.

Estábamos en plena dictadura

“Al principio pensábamos que todo iba a durar una semana, hasta se dijo que iba a ir el Papa. Entonces nuestra preocupación era que estábamos en plena dictadura y queríamos buscar trabajo cuando volviéramos. Había un desastre económico en este país”, recordó Rada

La guerra es un horror y no sirve para nada

Enseguida agregó: “Después empezó la guerra. Ahí empezamos a tener noción de lo que era, cuando empezaban a faltar compañeros. 22 compañeros de mi compañía fallecieron. Hoy parece que fue un segundo, pero la guerra es un error y un horror. No sirve para nada”.

Teniamos edad para estar con nuestra novias

En la misma línea, destacó: “Nosotros teníamos edad donde teníamos que estar con nuestras novias en una plaza y terminamos con un casco y un fusil y nos dijeron andá a matar gente”.

Mi derrota trajo la democracia

“No estábamos preparados, pero todos hicimos lo que pudimos. Quisimos defender el honor de una Nación y hoy me siento orgulloso a pesar de todas las que pasamos. Yo quería ganar. No quería perder. Pero mi derrota trajo la democracia a la República Argentina, que es el único sistema donde podemos vivir los argentinos”, remarca Rada respecto a lo que significó lo sucedido.

“Fue el último sacrificio de la juventud argentina para que este país cambie su forma de vida”, subrayó.

Volver a casa, luego de la guerra

Al hablar sobre la vuelta a casa después de la guerra, el exsoldado reflejó la falta de acompañamiento del Estado y las nefastas consecuencias que sufrieron.

“No queríamos una pensión. Nos hubiera gustado que nos llamaran y nos dieron becas para estudiar o elementos para poder desarrollar algún oficio y trabajar. Nos dijeron “Chau y Gracias”. ¿El psicólogo? Era tu mamá. Y ahí se fueron muriendo los vagos. Esa lucha siempre va a continuar”, comentó.

Sobre la dirigencia política

Por último, Rada hizo referencia a la dirigencia política y cuáles son las cualidades necesarias.

“Hubo momentos donde los dirigentes estuvieron a la altura de la historia, pero en otros, se arrodillaron mucho. Yo no sé si las volveré a ver entre nosotros, aunque son argentinas, pero de acá hasta que me muera, quiero ver dirigentes que negocien de pie, como San Martín. Y muchas veces hemos tenido presidentes y cancilleres que se arrodillaron. Ese no es el camino”.

Fuente: Aire de Santa Fe