Rompió el silencio el padre de la nena que murió junto a Mila
"Queríamos que fuera una pesadilla", dijo el padre de Erin, la niña chilena de 13 años.
Domingo, 03 de agosto de 2025
El lunes 28 de julio, la Bahía de Biscayne, en Miami Beach, fue escenario de una tragedia que conmocionó a dos países y dejó un vacío imborrable en el corazón de una familia.
Erin Victoria Ko Han, una niña chilena de 13 años, y Mila Yankelevich, la nena argentina de 7 años, perdieron la vida en un accidente náutico cuando una barcaza con grúa embistió el velero en el que participaban en un campamento de verano del Miami Yacht Club.
Necesito saber qué pasó
Por primera vez, Pil Jye Ko, el padre de Erin, rompió el silencio y, entre lágrimas, exigió justicia: “Necesito saber qué pasó. No puedo decir adiós como si nada”.
Erin, la única hija de Pil Jye Ko y su esposa, había llegado a Estados Unidos desde Chile en diciembre de 2024, buscando nuevas oportunidades. Su primer día en el campamento de vela del Miami Yacht Club, donde también participaban sus primas, marcó el inicio de una aventura que terminó en tragedia.
"Nos vemos papi, mami"
“Me acuerdo que la fuimos a dejar, nos despidió ‘nos vemos, papi, mami’”, relató Ko a Local 10 News, con la voz quebrada por el dolor. Ese “hasta luego” se convirtió en el último recuerdo de una niña descrita como “perfecta” por su padre.
Alumna ejemplar
La adolescente, de ascendencia coreana, destacaba por su brillo académico y su carisma. En Chile, estudió en el Colegio San Pedro Nolasco de Vitacura, donde dejó una “huella imborrable” por ser una alumna “integral, cercana, empática y buena compañera”, según el comunicado de la institución.
Con un talento especial para las matemáticas, Erin también formaba parte del equipo de voleibol y participaba en talleres de trapecio y telas.
En Miami, continuaba su educación en Nautilus Middle School, hablaba con fluidez inglés, español y coreano, y estaba aprendiendo japonés. Su pasión por el deporte, especialmente la natación, la llevó a ese campamento de vela que, trágicamente, fue su primera y última experiencia en un velero.
Ahogamiento accidental
El accidente ocurrió a las 11:30 de la mañana, cuando una barcaza colisionó con el velero de 17 pies (5,2 metros) en el que viajaban Erin, Mila, otras tres niñas y una instructora de 19 años.
El impacto fue devastador: el velero quedó atrapado bajo la barcaza y se hundió, dejando a sus ocupantes en el agua. A pesar de que todos llevaban chalecos salvavidas, el análisis forense determinó que ambas niñas murieron por “ahogamiento accidental”.
Muchas heridas por todos lados
Erin fue trasladada al Centro de Trauma Ryder del Hospital Jackson Memorial, pero llegó sin vida. “Lo tengo en mi cabeza, muchas heridas en la cabeza, en los brazos, las piernas, por todos lados. Ya dejó de palpitar su corazón”, describió Ko, aún incrédulo ante la magnitud de la pérdida.
Investigación
La Guardia Costera de Estados Unidos, a cargo de la investigación, confirmó que los tripulantes de la barcaza y la instructora del velero fueron sometidos a pruebas de alcohol y drogas, todas con resultados negativos.
Sin embargo, aún no se ha determinado qué embarcación tenía el derecho de paso ni quién era el operador de la barcaza, y la velocidad es un factor bajo escrutinio. La institución pidió la colaboración del público para obtener videos o testimonios que ayuden a esclarecer el caso.
Esperábamos que fuera solo un sueño
“Esperábamos que todo esto fuera solo un sueño, o que hubiera ocurrido un milagro. Que el hospital llamara y dijera ‘su hija está viva, está bien’. Pero no, eso no pasó”, lamentó Ko.
Era lo único que teníamos
Su dolor se mezcla con una necesidad urgente de respuestas: “Estamos muy dolidos, dolidos del corazón. Era lo único que teníamos. Necesito honrar a mi hija porque no puedo despedirme como si nada hubiera pasado”.
La tragedia se sintió en Argentina
La tragedia también se sintió en Argentina, donde Mila, nieta de los reconocidos productores Cris Morena y Gustavo Yankelevich, fue recordada con profundo pesar.
Dos niñas más, de 8 y 11 años, permanecen en estado crítico, y la instructora y otra menor sobrevivieron sin heridas graves.
Necesito justicia
Mientras las autoridades avanzan en la investigación, el grito de Pil Jye Ko resuena como un eco de duelo y esperanza: “Necesito justicia”.
Fuente: Crónica