El Pity Álvarez reventó el Kempes: metió 40.000 personas
El líder de Viejas Locas mostró humor, autocrítica y actitud rockera con un show de tres horas en Córdoba.
Domingo, 21 de diciembre de 2025
Córdoba fue el escenario del regreso más polémico del rock nacional. Pity Álvarez volvió a tocar en vivo después de siete años, en medio de causas judiciales, problemas de salud mental y el juicio suspendido por el homicidio de Cristian Díaz.
A pesar de las dudas, el músico ofreció un show de casi tres horas con su debut como solista ante más de 40.000 personas. La convocatoria, mayoritariamente joven, reflejó la vigencia de su obra.
El regreso con mitos, ironía y provocación
Desde el primer acorde, Pity mostró energía, lucidez y un control escénico que sorprendió incluso a los más escépticos.
Entró al escenario con una mujer atada a su mano, en una performance polémica, que contrastó con la sensibilidad de las primeras canciones.

La lista de temas del regreso del Pity Álvarez.
"Solo el universo me puede juzgar"
"Me tengo que hacer cargo de las cosas que hice", dijo en tono de autocrítica.
Y más adelante sentenció: “¿Quién me va a juzgar? ¿Dios? ¿A mí, que soy Dios? Solo el universo me puede juzgar”.
Homenajes, pogos y una banda que lo sostuvo
Durante el show hubo momentos de emoción, como el homenaje a su padre con Homero o la dedicatoria a su compañera acordeonista en Fuiste lo mejor. También hubo referencias a la cultura del aguante, bengalas verdes y banderas flameando.
La banda lo acompañó con profesionalismo: se destacaron Miguel Tallarita en trompeta, Matías Mango en teclados y el histórico Peri Rodríguez en armónica. Hubo espacio para clásicos, temas nuevos y hasta un guiño con Felipe Barrozo.
Cierre con hits y un estadio entregado
El final fue a pura fiesta con canciones como Nunca quise, Perra y Quieren rock. Pity se mostró agotado, pero entero. Agradeció a la productora, al equipo técnico y al público que llenó el Mario Alberto Kempes.
Mientras su situación judicial permanece abierta, Álvarez eligió el escenario como lugar para hablar, cantar y provocar. Con sus luces y sombras, su regreso fue un hito cultural que no pasó desapercibido.
Fuente: El Litoral






