Río de Janeiro jaqueada por ola de asaltos y robos

Este verano, Río de Janeiro está que arde. Y no solo por las altas temperaturas, que superan los 45°C de sensación térmica, sino también por una creciente ola de asaltos y robos que genera miedo entre los turistas -muchos argentinos- y preocupa a las autoridades.

"Desde que llegamos a la ciudad, todos los días escuchamos de gente a la que le robaron y acá, en la playa de Ipanema, vimos cuando a una mujer le arrancaron una cadena de oro y la empujaron a la arena para escapar", comentó el músico rosarino César Piccato (22), que con su novia, la arquitecta Martina Fernández (23), vinieron a pasar una semana a Río.

ARRASTÖES

"En el hotel nos recomendaron no andar con el celular en la mano y evitar los lugares con poca gente. Pero las playas están repletas y también hay arrastões", dijo ella, que reconoció que anda intranquila.

Se refería a los ataques a bañistas que son comunes en las playas los fines de semana; grupos de ladrones agarran todo lo que pueden y en medio de gritos y corridas generan gran confusión. Los arrastões habían sido prácticamente desterrados en la última década, pero con la crisis económica que afecta a Brasil desde hace dos años volvieron a ser parte del paisaje veraniego carioca. Y hasta se extendieron más allá de las playas. El último domingo, un grupo de jóvenes se lanzó contra las familias que paseaban por el Boulevard Olímpico, cerca del nuevo AquaRio, en el centro.

A TODA HORA

Aunque la Policía Militar no cuenta aún con datos condensados, los episodios de criminalidad se repiten a diario desde que se inició la temporada alta del verano. A los arrastões de los primeros días de diciembre se le sumó la enorme cantidad de robos la noche de Año Nuevo, cuando unos dos millones de personas se reunieron en Copacabana para disfrutar de los tradicionales fuegos artificiales de Réveillon. Tan solo en la comisaría del barrio se recibieron 33 denuncias de robos, mientras que un turista turco fue además acuchillado por resistirse.

Pocos días después, dos visitantes estadounidenses fueron abordados por un hombre armado con una pistola al ingresar en el departamento que habían alquilado en Ipanema. El ladrón llegó a disparar su arma, pero ésta falló y uno de los turistas logró derribarlo hasta que llegó la policía. Lo curioso fue que la víctima terminó también detenida por desacato a un agente.

El primer fin de semana del año, dos joyerías fueron asaltadas a los tiros en shoppings de Botafogo y Tijuca, con un policía muerto.

INSEGURIDAD

El miércoles de la semana pasada, durante la madrugada, el hostel Meiai, en Botafogo, fue invadido por cuatro individuos armados con revólveres y cuchillos, que robaron dinero, cámaras y celulares a decenas de turistas. Esa misma semana, dos colectivos fueron atacados en Copacabana por varios jóvenes que rompieron las ventanillas con barras de metal, subieron al techo e ingresaron en el vehículo para llevarse todas las pertenencias de los pasajeros.

Y ya en una nueva modalidad, una lancha que llevaba a un grupo de paseo por la Praia Vermelha, en el barrio de Urca, fue tomada por tres hombres armados que se acercaron en un kayak y después de robar a los navegantes, los abandonaron sobre unas rocas.

TURISTAS EN ALERTA

Según la Comisaría Especial de Apoyo al Turismo, por día se registra un promedio de 35 denuncias, la mayoría por robos o hurtos. Para que los visitantes estén más alertas se han repartido folletos con consejos en hoteles y aeropuertos.

MOMENTO DRAMÁTICO

"El país atraviesa un momento dramático desde el punto de vista económico, político y social que se refleja en el aumento de la inseguridad pública", reconoció  el vocero de la Policía Militar del Estado de Río de Janeiro, Iván Blaz, quien subrayó que por la crisis a la policía se le debe aún el aguinaldo y el pago de horas extras. "Los números de crímenes y delitos venían creciendo desde mitad del año, y la tendencia en el verano es siempre que haya un pico", explicó.

Recién asumido -el 1º de enero- como nuevo alcalde de Río, el evangélico Marcelo Crivella, primero fue muy criticado porque dijo que no estaba al tanto de los arrastões. Luego tomo cartas en el asunto rápidamente.

Fuente: La Nación